Según la consultora LCG, los gastos con tarjeta de crédito “empezaron a tener un gran peso al compararlos con salarios que no logran despegar”. Esta situación podría poner en riesgo la recuperación del consumo.
¿Qué pasa si no pagás la tarjeta de crédito?Un problema que ya impacta a las familias
El aumento de la morosidad, que las consultoras comenzaron a alertar desde el último trimestre de 2024 tras analizar los datos del Banco Central, dejó de ser un término técnico para convertirse en una realidad concreta para millones de consumidores.
Hoy, el temor no es solo por el impacto en la salud de los bancos: si la gente no logra seguir financiándose, la incipiente recuperación del consumo podría frenarse abruptamente.
El mínimo ya no alcanza
El último informe de la consultora LCG advierte sobre un patrón claro: los consumidores empiezan pagando apenas un poco más que el mínimo de la tarjeta, pero luego ni siquiera logran cubrirlo. Esto dispara la morosidad y acumula intereses con tasas que superan el 90% nominal anual.
“Este ‘préstamo’ que es la tarjeta, y que para muchas familias resulta clave para sostener el consumo, comenzó a representar un peso cada vez mayor frente a un salario que no logra despegar”, señalan desde LCG.
Los datos que preocupan
La consultora detalla que los préstamos personales y el financiamiento con tarjeta de crédito ya se encuentran en niveles récord en relación a los ingresos. “En este contexto, es lógico que muchas familias enfrenten dificultades para pagar sus deudas”, explican.
Quantum, la consultora de Daniel Marx, aporta cifras alarmantes: en abril, la morosidad de las familias creció un 46% respecto de noviembre de 2024, mientras que la de las empresas aumentó 39%. En números concretos, la cartera irregular total (préstamos al sector privado) fue del 2,2%, pero desglosada muestra que en las familias llegó al 3,7% y en las empresas al 0,9%.
Las tarjetas, en el centro de la crisis
Quantum coincide con LCG: “La cartera más irregular es la de préstamos personales, con una morosidad del 4,6%. Pero lo más preocupante es el salto en la mora de las tarjetas de crédito: pasó de 1,6% en noviembre a 2,9% en abril”.
Los economistas advierten que esta tendencia podría anticipar una desaceleración en el crecimiento de los préstamos a las familias y, con ello, un freno a la recuperación del consumo que el Gobierno espera consolidar en los próximos meses.